En 2010 la Organización de las Naciones unidas por la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aprobó la inclusión de los castells en la lista representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. De esta manera los castells adquirían una categoría universal, con el máximo reconocimiento al que puede aspirar un elemento de cultura popular. Después de superar los diferentes filtros, la decisión final se tomó en la reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que se celebró en Nairobi (Kenia) el 16 de noviembre de 2010.
En su resolución, entre otros elementos, el Comité destaca que “los castells son reconocidos por los catalanes como una parte integral de su identidad cultural, transmitida de generación en generación proporcionando a los miembros de la comunidad un sentido de continuidad, cohesión social y solidaridad”.
Más informaciónLos orígenes de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial se remontan al año 1972, cuando se adoptó por parte de la UNESCO la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural i Natural, destinada a la protección de grandes monumentos y parajes naturales. Ya en ese momento se levantaron voces pidiendo la creación de un catálogo análogo para las manifestaciones tradicionales, fiestas y rituales de todo el mundo y que, por su carácter inmaterial y efímero, a menudo su continuidad se ve amenazada. Aun y así, no fue hasta 2003 que la UNESCO aprobó la Convención específica.
Esta Convención definió el patrimonio inmaterial como “los usos, las representaciones, las expresiones, los conocimientos y las técnicas que las comunidades y los grupos, y en ciertos casos los individuos, reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural”. Esta definición incluye prácticas sociales como las representaciones, las tradiciones, las fiestas y los ritos, las artes escénicas, la artesanía y, más generalmente, aquellos conocimientos y habilidades que, transmitidos de generación en generación, sirven para dar a la comunidad un sentido de identidad y continuidad.
Se trata de elementos culturales que no tienen contenido material; su depositario es la mente humana y el cuerpo es su elemento de representación. El conocimiento y las habilidades necesarias para su práctica son colectivas y casi siempre la representación es comunitaria.
En la sesión celebrada en Nairobi en 2010 la lista representativa del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO incluyó, además de los castells, el Cant de la Sibil·la de Mallorca y el flamenco. Actualmente esta lista cuenta con un total de 549 elementos de 127 países. El arte de la piedra seca (2018), las Fallas de los Pirineos que incluyen también la práctica en Andorra y Francia (2015), la dieta mediterránea (2013) y la Patum de Berga (2008) son los otros elementos catalanes que cuentan con este reconocimiento. La lista entera se puede consultar en el siguiente enlace:
Lista de elementos